El sábado 13 de junio del 2009 el grupo musical Café Tacvuba cumplió 20 años de haberse unido para tocar música rock, por ello se juntaron en el Distrito Federal, en el escenario del Foro Sol para dar un concierto en punto de las 8 de la noche y así, tocar varios de sus grandes éxitos.
Los periódicos y programas de espectáculos ya comentaban este acontecimiento días previos al concierto, que además, fue de un solo día en la Ciudad de México, por lo que estuvo en grande, pues los artistas celebraron su cumpleaños con un solo concierto en Argentina, Chile, Cuba y Puerto Rico, entre otros.
Finalmente el gran día para todos los fans de Café Tacvba llegó, previo a las 8 pm, el Viaducto estaba parado, ya dentro del estacionamiento del Foro Sol, los lugares agotados, hubo quienes dejaron varias cuadras afuera del Foro el coche, el metro llenísimo, gente caminando por el estacionamiento cuando en punto de las 8 comenzó el concierto.
En medio de un calor bochornoso, la gente fanática ya lista para cantar todos su éxitos, todos los boletos estaban ya agotados y no faltaron los vendedores ambulantes, en la entrada general, en la parte de abajo, la gente compraba cervezas y así comenzó el ambiente del concierto, al que asistieron personas de todos los círculos sociales.
Al comenzar todos gritaban eufóricos, una chica lloraba y cerraba los ojos, como creyendo que era un sueño, pues decía que no lo podía creer, que por fin su sueño se habí a vuelto realidad y como ella muchos, al menos en la entrada general.
A una hora de haber comenzado el concierto, a el Foro Sol no le cabía ni una aguja, estaba llenísimo, el vocalista gritaba y decía cosas como si estubiera volando en otro mundo, con su característico cabello chino, suelto, hasta la cintura, decía al público: “Chavos muchas gracias, todo esto ha sido gracias a ustedes, disfrutenlo y vean todas las florecitas, sientan la vibra, nosotros estamos con ustedes, quizá no al lado, pero sí en cada uno de sus corazones…”, comentarios como estos escapaban de su boca después de cada canción y la gente murmuraba y reía, incluso algunos chicos hacían señas, interpretando que estaba pacheco el vocalista.
La gente gritaba sus canciones favoritas, para que estos las interpretaran, cuando llegó la canción de La ingrata todos comenzaron a brincar y cantar euforicos, todos unidos, aventaban agua y hasta cerveza, los aires ya se calentaban y la celebración había iniciado.
A las 10 de la noche Rubén Isaac Albarrán, vocalista, anunciaba que el concierto iba llegando a su final, por lo que el´público gritó angustioso en protesta, ante la reacción el poseedor del micrófono anunció:” …bueno el final de la primera parte, para que todos los que se vayan en metro se vayan llendo o le avisen a su mami que van a llegra más tarde”, todos los presentes en el Foro Sol rieron por su comentario, mientras un olor a marihuana se presenciaba.
Canciones como la de la ingrata, ponían todos a gritar, cantar, bailar y brincar por doquier, si uno se quedaba quieto, sólo se sentaba la tierra rebotar, ante los cientos de personas que brincaban al mismo tiempo.
Al cantar la canción Persianas, una muchacha de playera blanca, abarzada por la espalda de su novio lloraba y cantaba, tal y como lo hizo con todas las canciones que ya habían tocado durante 2 horas, una verdadera fanática de Café Tacvba completamente extasiada.
Un hombre de tez morena, completamente empapado por el sudor, desde que comenzó la celebración gritaba: “Chica banda! chica banda! chica!….”, quería que sus interpretes favoritos la cantaran al fin y cuando el momento llegó, el chico enloqueció y empezó a brincar eufórico de la emoción, al igual que muchos otros, mientras llegaba la rafaga de holor a marihuana.
Al fin en punto de las 11 la banda anunció que el concierto llegaba a su fin, tocaron una canción más y desaparecieron, la gente no se movió, siguió esperando a que regresaban, cosa que todos ya esperaban, pues parecía lógico que regresarían, por lo que pasaron 10 minutos y nadie se movió de su lugar, todos gritaban para que regresaran y efectivamente regresron, el vocalista metido en una especie de burbuja de plástico, interpretó la canción Eres, que es la más tranquila y romántica que habían cantado hasta el momento, así que nadie brincó, pero miles de voces se escuchaban al mismo tiempo que la de el vocalista.
Ofelia Medina, bailarina mexicana de gran renombre, apareció en el escenario bailando la canción de Chilangabanda y se quedó, mientras los rockeros tocaban una canción típica mexicana y ella airosa, con una sonrisa en el rostro bailaba y movía su vestido blanco, largo y lo ondeaba con sus manos.
Una hora más cantaron y tocaron más de sus éxitos y un chico de unos 25 años, que iba con sus amigos y novia, les comentaba que aún faltaban muchas canciones, con una sonrisa en la cara; sin embargo, llegó la última canción: Esta vez.
Luego de 4 horas de concierto, finalizaron con su más nueva canción y agradecieron a todos los presentes el haber estado ahí, todos salieron satisfechos, con sonrisas y lágrimas en el rostro, un concierto sin duda emotivo, sobre todo para los verdaderos fans de la agrupación surgida en la colonia Ciudad Satélite del Estado de México.
Antes de llegar al estacionamiento los vendedores ambulantes esperaban por lo que sería su día del mes, pues entre tazas conmemorativas, playeras, posters, discos, plumas, entre otras cosas, con el emblema de Café Tacvba, vendieron todo lo que tenían.
Por María Fernanda Aguilar
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