En el pueblo de Dolores ubicado en el estado de Guanajuato está la casa de quien ha sido llamado por largo tiempo “Padre de la Patria” título que en el pueblo colindante San Miguel Allende refutan calurosamente, sin embargo, en los libros de historia nacionales se encuentra registrado que la madrugada del día 16 de septiembre de 1810 en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, el cura de la región Miguel Hidalgo y Costilla llamó al pueblo de Dolores a misa y proclamó: ¡"Viva la Virgen de Guadalupe"!, ¡Viva Fernando VII! y ¡Muera el mal gobierno! Y este solo hecho, lo inscribió en la historia de la nación que habría de formarse desde aquel acontecimiento.
Pocos años antes del “Grito de Dolores” en 1803 Miguel Hidalgo llegó al pueblo de Dolores para ocupar la casa que le dejara su hermano José Joaquín, posteriormente se mudaría a la casa parroquial conocida como “La casa del Diezmo”.
Dentro de su propia casa estableció una escuela para artesanos, organizaba también representaciones teatrales, tertulias, entre otras actividades que pusieran considerarse de orden meramente cultural. En esta casa se dieron algunas de las juntas conspiratorias de la conjura de San Miguel el Grande (hoy San miguel Allende) y el acuerdo entre Hidalgo, Allende y Aldama de adelantar el estallido del movimiento armado cuando la conspiración de Querétaro fue descubierta y ellos fueran prevenidos por otra de las activas participantes de la conspiración Josefa Ortiz de Domínguez esposa del corregidor de la ciudad de Querétaro.
La casa posee un amplio patio y alrededor de éste se encuentran las habitaciones en las que Miguel Hidalgo llevaba a cabo su vida cotidiana, la cocina, sala, comedor, además en cada una se encuentran varias clases de enseres, algunos de los objetos personales del prócer y documentos de la guerra de Independencia, vestimentas sacerdotales, un estandarte de la Virgen de Guadalupe, el primer bando de abolición de la esclavitud y una urna funeraria con los restos de Hidalgo.
Desde que Hidalgo se lanzara a la defensa de la causa independentista y abandonara su casa esta sirvió de cuartel para ambos bandos de la lucha de independencia, posteriormente volvió a manos de la iglesia hasta que en 1859 pasó a ser parte del Estado debido a la promulgación de Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos. Años después Benito Juárez la proclamaría monumento nacional.
El inmueble fue inaugurado como museo en 1946, remodelado por primera vez en 1968 y en últimas fechas para los festejos del Bicentenario del inicio de nuestra independencia.
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